Tenia marcada el maseta
una pechera en el pecho
el lomo medio desecho
del recabo y la silleta
en la panza y la paleta
huellas de cincha y pretal
de tanto tratarlo mal
aquella gente perversa
quedo tobiano a la juerza
y vichoco el animal
siendo caballo de andar
andubo pal chacaneo
y siempre que hubo un rodeo
lo agarraron pa’ enlazar
fue guapo pa galopear
y trago leguas sun fin
movia con el rastrin
por mas cargao que estuviera
o rompia la pechera
o quebraba el balancin
el sirvio mas de una noche
pa’ dir hasta una milonga
atado a la villalonga
entre las varas del coche
el andubo a troche y moche
con el barril aguatero
jue cadenero y ladero
jue de sulqui a jardinera
y en los trecientos de ajuera
cuidao con el compañero
pero el tuse le cortaron
y le pelaron la cola
y a una calle media sola
una mañana lo echaron
de esta forma le pagaron
todo el servicio prestao
les cabesteo resignado
como siempre liberal
le sacaron el bosal
y alla quedo abandonado
dejo el pasto que el comia
pa’ otro caballo mejor
era el ultimo favor
que al deuño ingrato le hacia
al tiempito no tenia
mas que los huesos y el cuero
aveces el dia entero
pasaba como distraido
y el labio de abajo caido
como un inmenso puchero
alla vivio como pudo
entre vizcachas y cuises
aveces comio raices
haciendo las del peludo
aunque estaba medio avudo
un tiempito pellisco
y tan mal no la paso
mientras tubo agua el pantano
pero al llegar el verano
ni un charquito le quedo
en frente de la tranquera
desesperado vino a dar
pero ya podia esperar
pa’ que alguno se la abriera
no habia duda que aquel era
el prinsipio de su fin
aunque jue buen saltarin
saltar no podia tampoco
por que estaba tan vichoco
que lo paraba un piolin
al ver el matungo flaco
que estaba caido en el suelo
sofrenandose en el vuelo
se le arrimo un pajarraco
despues de este vicharraco
vino enseguida un monton
y por equivocacion
ya creyendolo hosamenta
un chimango le revienta
el ojo de un picoton
levanto el cogote a gatas
cuando lo dejaron tuerto
todabia no estaba muerto
y alcanzo a mover las patas
hizo tiritar las matas
con un resuello profundo
y ay estaba el cuervo inmundo
que le deseaba la muerte
asi suele ser la suerte
del que hace bien en el mundo
aquel que llevara el tarro
con el mate pal’ rastrojo
aquel que nunca fue flojo
ni en el arado ni en el carro
aquel que pisara el barro
quien sabe pa’ cuantos ranchos
murio rodeao de caranchos
gaviotones y chimangos
que havian de hacerlo miñangos
con los perros y los chanchos
en una de las orillas
donde ya se entierra solo
suele asentar un chingolo
sobre las blancas costillas
y alla contra las varillas
aunque naides lo recuerde
la hosamenta ya se pierde
en un trevolar en flor
que en todo a su alrededor
crece mas alto y mas verde
si algun recero asujeta
por el camino el arreo
la tropilla hace un rodeo
y aquellos huesos respetan
la madrina queda quieta
deteniendose en el viaje
y mientras que hace coraje
pa’ dir a olfatear el perro
hace un silencio el cencerro
como en señal de homenaje.